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martes, 28 de julio de 2009

Una respuesta para pensar

En el programa de TN Palabras más, Palabras menos, pasaron una entrevista brillante que Ernesto Tenembaum realizó con el diputado Jorge Rivas, el ex vicejefe de gabinete del gobierno de Néstor Kirchner que, tras ser asaltado y agredido, quedó tetrapléjico.


Rivas no puede hablar. Pero se comunica a través de un software en el cual utilizando la cara puede señalar un teclado y con un dedo puede hacer un click en cada letra. Luego, la computadora lee con voz robótica lo escrito en el monitor.

Más allá de lo emotiva que fue la nota, el socialista dejó una respuesta tenaz, categórica, de esas respuestas que los periodistas siempre buscamos, que son tan geniales que a veces nos descolocan, no sabemos si cerrar la nota con ella o profundizar más.

La pregunta de Tenembaum fue concisa: "¿qué es lo que más te gusta de Kirchner?"

La respuesta, demoledora: "Los enemigos".

jueves, 2 de julio de 2009

La culpa es del chancho

Cuidado con la gripe porcina.



Todo empezó en México. Nosotros estábamos re preocupados por el maldito dengue. Los intendentes salían a fumigar todo espacio verde que hubiera, los noticieros nos recomendaban que no dejáramos baldes con agua en el patio. Y mientras los mexicanos jugaban partidos a cancha cerrada, nosotros conocíamos Charata, la ciudad olvidada del Chaco.



Cuidado con la gripe A.



Kirchner y De Narváez peleaban por la corona. Guerra de encuestas. Publicidades todo el tiempo, nosotros hacemos, alica-alicate. Ganó De Narváez, Néstor renunció al PJ, Cristina dio una conferencia en la que minimizó la derrota, y encima hay 44 muertos por esta gripe que se empecina con ganar más lineas en los diarios.



Cuidado con la gripe H1-N1.



Se fue Ocaña y asumió un tal Manzur como ministro de Salud. Das Neves, Cobos y Reutemann se lanzan para el 2011. Hay rumores que dicen que los muertos por la gripe son más, y que el gobierno las oculta en falsas neumonías. Encima hay un golpe de Estado en Honduras. Cristina no vayas, quedate, dicen algunos. Eramos pocos y renuncia Jaime. Los medios quieren echar a Moreno, pero Pistola resiste. Y cierran los boliches, los cines y los teatros.



¿Alguna vez vieron una gripe con tantos nombres?

lunes, 8 de junio de 2009

Se viene el juicio final

Uno de lo casos policiales más mediatizados de los últimos años está por llegar a su fin. El miércoles se sabrá si el padre Julio César Grassi es, según la justicia, inocente o culpable de haber abusado sexualmente de chicos de su fundación "Felices los niños".


Será el final de una historia repleta de idas y vueltas. El Grupo Clarín, que mediante una investigación de Telenoche Investiga denunció a Grassi, dejará de culpar al Padre; y muchos de los periodistas de la derecha, como Mauro Viale y toda la barra de Daniel Hadad, no podrán seguir defendiéndolo.


Grassi dejará de ser víctima y victimario al mismo tiempo.


¿Habrá cometido Grassi todos los crímenes que se le imputan y por los cuales el fiscal ha pedido 37 años de cárcel? ¿O será víctima de la presión y el apriete del grupo de multimedios más importante de Argentina?


Nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Esa máxima del derecho mundial es a veces bastardeada. Los medios de comunicación, para algunos los "perros guardianes" del sistema democrático, están mostrando que realmente son una espada de doble filo.


El perro creció y terminó tiranizando a sus dueños. En la calle se escuchan tantos "para mí es inocente" como "para mi es culpable". Y temas tan delicados como éste no se tratan con un "para mi".


No son los medios los encargados de juzgar, es la justicia. Los medios deben denuncian, y allí terminar su trabajo. Cuando se exceden en su rol son un peligro para el sistema, ese sistema que deben controlar.


Y en este caso se excedieron.

martes, 26 de mayo de 2009

De Narváez a Narváez


A un mes de las elecciones legislativas no dejo de sorprenderme de las estrategias por alcanzar una banca para diputado.

El Partido Acción Solidaria Independiente Bonaerense (P.A.S.I.B) presentó su lista de candidatos a diputados mostrando a la cabeza de la misma a Fernando Jesús Narváez, un personaje que demostró que la carrera politica no necesariamente debia ser extensa.

Sus antecedentes políticos son nulos, pero aún asi logró ser el que encabeza la lista.

¿Como es que se pasa de una rotiseria en Merlo a ser postulado para diputado?, realmente esta carrera meteórica de Narváez me sigue sorprendiendo.

¿Acaso será una estrategia del oficialismo para despistar a aquel con intenciones de votar a De Narváez?, pero como pueden pensar eso sheñoresss, por favor!


Además, todos tenemos derecho a ser candidatos, que en la boleta aparezca BIEN GRANDE un apellido similar no quiere decir que sea una picardía. La gente es inteligente, como se va a confundir un apellido con el otro.


Un dato extra: De los 11 candidatos a diputados por el P.A.S.I.B. 4 viven en el mismo domicilio....Rarisimo

martes, 19 de mayo de 2009

¿Que te pasha Clarín?


"La ANSeS invierte ocho veces más que las AFJP en proyectos productivos", este es el titulo de un articulo publicado por la Agencia Telam, curiosamente no informado por Clarín.

Según la nota, el titular del organismo (Amado Boudou), presentará mañana en el Congreso el destino para los que se utilizó los fondos jubilatorios.
En dicho informe puede verse que el dinero fue utilizado para apoyar la construcción de viviendas, caminos y en plantas de generación eléctrica; para asistir a empresas agrícolas, de la construcción, de agua y de energía, y para financiar el consumo de automóviles y electrodomésticos.
También muestra que ya se repatriaron 1245 millones de pesos que las AFJP tenían colocados en acciones de compañías extranjeras, como JP Morgan, Exxon, Bank of America y Coca Cola.

Según la ANSeS se multiplicó por ocho las colocaciones en obras públicas, iniciativas de empresas privadas y públicas y el financiamiento del consumo.
Los dos grandes items son:

-“Proyectos productivos o de infraestructura.”
-“Depósitos a plazo fijo direccionados”.

Podriamos creer o no creer, pero lo interesante es la contranota publicada por Clarín, en donde pueden leerse solo críticas de la presidenta sobre el tema.

Eso si, de "datos" nunca.

jueves, 7 de mayo de 2009

Obama y la pérdida de la empatía


"Como la mayoría de los valores, la empatía la aprendí de mi madre. A ella le disgustaba cualquier tipo de crueldad, falta de consideración o abuso de poder, sin importarle que se tratase de prejuicios raciales, un matón de patio de escuela o trabajadores mal pagados. Siempre que veía algún indicio de ese tipo de conducta en mí me miraba a los ojos y me preguntaba: ¿Cómo te sentirías tú si te hicieran eso?
(...)
No es una pregunta que nos hagamos muy a menudo. Como país, pareciera que sufrimos de un déficit de empatía. No toleraríamos escuelas que no enseñan, que sufren una falta crónica de fondos, de personal y de motivación, si pensáramos que los niños que van a ellas son como nuestros hijos. Es difícil imaginar que el Presidente de una empresa pueda concederse a sí mismo un bono multimillonario y a la vez recortar el seguro de salud de sus trabajadores si creyera que en algún sentido eran sus iguales. Y es bastante seguro asumir que los que están en el poder se lo pensarían más y mejor antes de lanzar una guerra si imaginaran en el frente a sus propios hijos e hijas"

Este es un fragmento del libro La audacia de la esperanza, de Barack Obama, publicado en español por la Editorial Península.


¿Qué le diría la madre a Obama hoy, el día después de que su gobierno lanzara una nueva ofensiva militar en Afganistán que asesinó a alrededor de cien personas absolutamente inocentes de cualquier crimen?

¿Cómo te sentirías tú, Barack, si te hicieran eso?

sábado, 25 de abril de 2009

Reutemann, el candidato de Clarín

Con el conflicto del gobierno y las entidades agropecuarias, la figura de Carlos Reutemann emergió como sube una bolsa de plástico en una provincia inundada. El ex gobernador de Santa Fe, que se había ido envuelto en críticas tras la feroz inundación que sufrió su provincia durante su gestión en el año 2003, pasó a ser un posible candidato a las elecciones presidenciales de 2011.


Como senador votó negativamente a la propuesta 125, que fijaba un aumento con retenciones móviles a la soja. Eso lo catapultó a un pedestal para los opositores al gobierno de los Kirchner. El “Lole” había sido oficialista, pero se separó definitivamente de las filas kirchneristas durante la pelea con los representantes del “campo”.


El 31 de diciembre de 2008, en la tapa de Clarín se podía leer: “Reutemann habló de ser candidato”. No era la noticia más importante de la portada, pero la Editorial de Ricardo Kirschbaum hacía referencia al tema. Se tituló: “Reutemann, sorpresa temprana”.
El estratega santafesino realizó una maniobra digna de sus tiempos de piloto de la Fórmula 1.



El sigiente paso mediático lo dio al separarse oficialmente del bloque de senadores oficialistas. Pocos días después de ese anuncio puramente simbólico, se internó por un problema de salud. Hizo una conferencia de prensa improvisada en el hospital para hablar casi exclusivamente de su decisión de romper con el kirchnerismo. Tuvo una gran repercusión mediática.


Según una encuesta (adjudicada a Rosendo Fraga) publicada en medios santafesinos, Reutemann tiene a nivel nacional un 55 por ciento de imagen positiva, y una intención de voto del 33 por ciento.


La imagen del “Lole”, desde aquella inundación hasta el día de hoy, pegó un giro de 180 grados. La tapa del diario Clarín de hoy (25/4/2009) lo tiene como principal noticia de tapa: “Soy mejor que Kirchner y Macri”.


Curiosamente el diario La Nación no habla de esto en su portada. El diario Crítica de la Argentina le dedicó un pequeño espacio. La noticia, con todo lo que está pasando en el país, está absolutamente desencajada.


Operativo de prensa, le dicen.

jueves, 9 de abril de 2009

El muro infernal


Parecía un método algo lejano. Lo habían hecho los alemanes hace mucho tiempo. Hace poco leíamos que un muro iba a encerrar a una favela en Brasil. Y ahora los argentinos ya tenemos nuestro propio muro.

Como no puede ser de otra manera, el muro está hecho para separar a los pobres de los ricos. O para hablar en el lenguaje más argento: para separar a los chorritos, a los delincuentes, a los ladrones, en fin, a los pobres, de la gente decente, de los que nunca robaron nada.

El muro lo ordenó armar el intendente de la localidad bonaerense de San Isidro, Gustavo Posse. Separa a su municipio del de San Fernando. La idea es cuidar al barrio súper residencial La Horqueta de los villeros.

La Presidenta Cristina Kirchner dijo que el muro es “una involución”. El ministro de seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, expresó que la medida “es una locura”. El señalado por todos, el intendente Posse, dijo que, en realidad, no es un muro…

Los vecinos de la zona están derribando lo que ya está construido. “Los chicos no nacen chorros”, se puede leer a modo de grafiti.

Es cierto que hay inseguridad. Es cierto que en las villas hay personas que hay delincuentes. Pero también es cierto que en las villas no todos son iguales. Hay personas más íntegras en las villas que muchos de los que sacan a pasear su perro salchicha por las calles de La Horqueta.
No es cuestión, de todas formas, de empezar una guerra de clases. Por lo menos no de ésta manera. Es cuestión de trabajar de enserio en terminar con la inseguridad, combatiendo a fondo la corrupción de la maldita policía, brindando más y mejor educación, generando empleo; y no discriminando, robándoles lo poco que les queda a muchos que les tocó nacer inmersos en la extrema pobreza: su dignidad.

miércoles, 1 de abril de 2009

Palabra del 10

Maradona: "Demostramos que se puede jugar en la altura"



El ex astro argentino y el presidente boliviano Evo Morales jugaron un amistoso en La Paz para fijar posición contra el "veto" a los escenarios de ese país impuesto por la FIFA
Tras un partido entre el presidente y ex figuras del fútbol boliviano, y un combinado de ex jugadores arentinos y bolivianos, que también fue realizado en beneficio de los damnificados por las inundaciones en ese país, Maradona recibió la orden de caballeros de la orden de Simón Bolívar. "Con 47 años y el presidente con algunos menos, demostramos que se puede correr en esta cancha y los argentinos no tenemos miedo de hacerlo", expresó Maradona tras el encuentro. "La FIFA no puede tomar una decisión así porque se le canta. Ustedes tienen derecho a jugar donde nacieron. Eso no lo puede decidir ni Dios y mucho menos (Joseph) Blatter (presidente de la entidad", expresó el ex "10" de la Selección Argentina. El encuentro culminó 7-4 a favor del combinado argentino, con tres goles de Maradona y uno del presidente Morales. En varios pasajes, el público presente gritó "Diego, Diego", entregándole su cariño al ex astro mundial. Maradona, en un momento, se arrodilló, como en sus mejores tiempos de futbolista, levantó los dos brazos, y agradeció a las tribunas el afecto que le brindaba la gente. Hoy el estadio lució casi lleno. El ingreso fue gratuito y los espectadores entregaron para observar el encuentro un alimento, medicina o vitualla para los más de 70 mil damnificados por las lluvias en el país. El comité ejecutivo de la FIFA, con el presidente Blatter a la cabeza, dispuso el viernes que debe haber una semana de aclimatación del equipo que juegue de visitante en una ciudad ubicada a 2.750 metros sobre el nivel del mar; y, dos semanas de aclimatación del equipo que juegue en una ciudad de más de tres mil metros, en ambos casos para partidos internacionales organizados bajo su órbita. Asimismo, si un equipo no puede o quiere cumplir con el requisito del tiempo de aclimatación, puede solicitar que el partido se juegue en otra ciudad que no requiera la aclimatación".El encuentro se jugó a 60 minutos, en dos tiempos de 30. El equipo de Morales fue conformado por varios integrantes de la selección boliviana en el Mundial de Estados Unidos 94: Marco Antonio "El diablo" Etcheverry, Erwin "Platini" Sánchez, actual técnico de la selección nacional, Marcelo Torrico, Vladimir Soria, Carlos Borja y Luis Héctor Cristaldo. Además estuvieron Milton Melgar, Mauricio Ramos, William Ramallo, Modesto Soruco y Rubén Tufiño. El equipo de Maradona fue conformado por Alejandro Mancuso, Diego La Torre, Esteban Pogany, Héctor Almandoz y Matías Almeyda, y fue reforzado por periodistas de la cadena televisiva Fox Sports, así como por otros jugadores y autoridades gubernamentales del medio local. El partido de hoy fue el primero de Maradona en Bolivia en 29 años.

18-03-08
http://www.infobae.com/
http://www.infobae.com/contenidos/369802-0-0-Maradona-Demostramos-que-se-puede-jugar-la-altura

lunes, 30 de marzo de 2009

¿Y por qué no un poco de fútbol?


El sábado 28/03 se disputó en la Ciudad de Buenos Aires el partido de Argentina - Venezuela por las eliminatorias para Sudáfrica 2010. Un encuentro muy esperado principalmente por la figura del equipo, y con esto me refiero a nuestro "10" Diego Armando Maradona presentandosé por primera vez como director técnico en un partido oficial.

Un estadio repleto que sumado al furor de la gente provocó una gran fiesta en Nuñez, fiesta que se consagraría aún más con la victoria nacional con el resultado de 4 - 0 frente a los venezolanos. Cada gol provocaba euforia, abrazos y gritos de los espectadores, argentinos unidos por un mismo sentimiento, el sentimiento futbolero... el sentimiento de ser argentino.

Podrán existir personas a las cuales no les interese en lo más minimo el futbol, pero este articulo va más allá, la idea de nación se ve mayormente representada en el equipo de futbol argentino que en la sociedad misma. Esta unión pasajera, donde no existen las diferencias etnicas, de clases, de ideologias... donde un abrazo espontáneo rompe todos los esquemas tradicionales antes vistos en nuestra sociedad. En este caso justamente no me refiero a la violencia en el futbol.

Si podemos compartir algo tan tradicional como el futbol, si Juan Carlos el gerente de Coca Cola festeja un gol con Carlitos el verdulero, porque no podemos compartir un país.
Somos un equipo de 40 millones de jugadores, todos titulares y cada uno con habilidades diferentes pero complementarias.

Nación es unión, y citando a Victor Heredia: "La unión hace la fuerza y el corazón", un pais unido es un pais fuerte. El progreso a nivel economico, político y social viene de la mano de este sentimiento.

Entonces digo....¿Y por qué no un poco de fútbol?

viernes, 27 de marzo de 2009

La madre de las batallas de la era K

No hay vuelta atrás. Las cartas están en la mesa. Néstor Kirchner vs. Clarín. El gobierno contra el grupo de medios más poderoso del país.

El Grupo Clarín siempre tuvo problemas con los gobiernos. Resistió los ataques de radicales, peronistas y hasta de los más crueles militares. Y el Grupo sigue ahí, inalterable, cada vez más fuerte. Pero nunca nadie había ido tan en serio.

La propuesta para una nueva ley de radiodifusión fue una verdadera declaración de guerra. Además de que Clarín debería desprenderse de muchas licencias, la idea ataca directamente al corazón: busca estatizar el fútbol argentino, un negocio que, según el diario Crítica de la Argentina, ronda los 9000 millones de pesos por año y que pertenece mitad al grupo y mitad a Torneos y Competencias.

El multimedios no se queda de brazos cruzados. El contragolpe llegó casi de inmediato. En todos sus medios de comunicación está denunciando la “interferencia que han sufrido las señales de Canal 13, TN, Radio Mitre y La 100” durante tres días consecutivos. Claro está, aunque no lo digan, todos los cañones apuntan al gobierno. Si esto es cierto, es gravísimo. Si esto no es cierto, también es gravísimo.

No hay buenos y malos. Son dos todopoderosos que se pelean. Las cartas están en la mesa. Kirchner cantó envido y Clarín respondió con un real envido. En el truco siempre hay un ganador. Uno solo. No hay vuelta atrás.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Pena de muerte y dictadura


Y justo llegó el 24 de marzo.


En medio de una discusión que podría ser saludable, pero que vaya uno a saber por qué, muchos prefieren el escándalo y los gritos. La discusión sobre la inseguridad. Sobre la que sentimos todos los argentinos, o la mayoría. Se escuchan muchas voces. De derecha, muchas, y algunas también de izquierda. Desde Susana Giménez hasta Felipe Pigna, pasando por Tinelli, Cacho Castaña y Moria Casán.


Y justo llegó el 24 de marzo.


La polvareda se levantó debido a las desafortunadas declaraciones de Susana Giménez, cuando dijo que “el que mata tiene que morir” luego de conocer el asesinato de su florista y amigo. Algunos la criticaron, otros la defendieron. Pero el tema se instaló: ¿hay que aplicar en Argentina la pena de muerte?


Y justo llegó el 24 de marzo.


Los políticos están en su tinta. Nada mejor para un año electoral que discutir sobre el eterno cáncer argentino. Desde De Narváez hasta Néstor Kirchner levantaron el guante y se muestran como los que están más preparados para combatir la inseguridad. Ninguno dice cómo lo va a hacer. El Pro peronismo, aún sin candidato oficial, se muestra como el partido que va a traer “mano dura”.


Y justo llegó el 24 de marzo.


Los medios de comunicación juegan un rol determinante. Generan una sensación de inseguridad exagerada. Cuentan lo que pasa, sí, pero de una forma y con una magnitud que no hace más que asustar a la gente. Ejemplo: Carolina Baldini fue asaltada y se salvó de ser agredida porque tenía un auto blindado; entonces se llenó de informes sobre autos blindados. Como si cualquier argentino pudiese blindar su auto.


Y justo llegó el 24 de marzo.


Desde el dolor, algunas madres piden la pena de muerte. Está comprobado que la pena capital no reduce la inseguridad. Y desde la ignorancia y la estupidez, algunos se quejan de que hay que pagar impuestos para los asesinos, y piden hacer un paredón para matar a todos los delincuentes en la Plaza de Mayo. ¿Justo ahí tenía que ser, Cacho? ¿Justo en la plaza de las madres y de las abuelas?


Y justo llegó el 24 de marzo.

lunes, 26 de enero de 2009

Paul Krugman aconseja a Obama

En esta misiva abierta, el Premio Nobel de Economía le brinda sugerencias al Primer Mandatario en función a la crisis de su país.

Estimado Sr Presidente:
Como le sucedió a Franklin Delano Roosevelt hace tres cuartos de siglo, usted está haciéndose cargo en un momento en el que todas las verdades establecidas han desaparecido y toda la sabiduría convencional demostró estar equivocada. Vivimos en un mundo que ni usted ni nadie esperaba ver. Muchos presidentes han tenido que lidiar con crisis, pero muy pocos se han visto obligados a hacerlo desde el primer día con una crisis como la que Estados Unidos enfrenta hoy.
Entonces, ¿qué debería hacer?
En esta carta no voy a tratar de aconsejarlo acerca de todo. En gran parte me voy a limitar a la economía, o a asuntos relacionados con la economía. También voy a hacer foco en cosas que usted puede o podría lograr en su primer año de mandato. El éxito o fracaso de su gobierno dependerá en gran parte de lo que suceda en el primer año- y, sobre todo, de si logra controlar la crisis económica actual.

LA CRISIS ECONÓMICA

¿Qué tan malas son las perspectivas económicas? Peor de lo que casi nadie se hubiera imaginado.
El crecimiento económico en la era Bush estuvo alimentado por un estallido de la deuda privada; ahora los mercados de crédito están dados vuelta, las empresas y los consumidores se están retrayendo y la economía está en caída libre. A lo que nos enfrentamos, en esencia, es una enorme brecha labora. La economía de Estados Unidos necesita sumar más de un millón de puestos de trabajo por año sólo para mantenerse al ritmo de la creciente población. Incluso antes de la crisis, bajo el mandato de Bush el crecimiento de la ocupación promedió sólo 800.000 puestos por año – y durante el año pasado, en lugar de ganar un millón más de puestos, perdimos 2 millones. Hoy seguimos perdiendo puestos de trabajo al ritmo de medio millón por mes.
No hay nada en los datos ni en la situación subyacente que sugiera que la caída del empleo vaya a aminorar pronto, lo cual significa que para fines de este año podemos llegar a tener 10 millones de trabajos menos de lo que deberíamos. Esto, a su vez, implicaría una tasa de desempleo de más del 9 por ciento. Sumémosle aquellos que no son considerados en la tasa estándar porque ya no buscan trabajo, más los que se ven forzados a tomar trabajos part-time cuando lo que quieren es trabajar full time, y probablemente estaremos viendo un desempleo real de alrededor del 15 % - más de 20 millones de norteamericanos que ven frustrados sus esfuerzos para conseguir trabajo.
El costo humano de una caída tan severa sería enorme. El Center on Budget and Policy Priorities, un grupo de investigación independiente que analiza programas gubernamentales, estimó hace poco que los efectos de un aumento del desempleo darían una tasa del nueve por cierno – un peor escenario posible que ahora luce muy probable. ¿Qué pasará entonces si el desempleo llega al 9 por ciento o más? Diez millones de estadounidenses de clase media serán empujados a la pobreza, y otros seis millones a la indigencia, un severo estado de privación que sucede cuando el sueldo está a menos de la mitad del nivel de pobreza. Muchos de los estadounidenses que pierdan sus trabajos también perderán su seguro médico, empeorando el ya lúgubre estado de la salud en los Estados Unidos, e inundando las salas de emergencia con aquellas personas que no tienen otro lugar a donde ir. Mientras tanto, otros millones de estadounidenses perderán sus casas. Los gobiernos provinciales y locales, habiendo perdido gran parte de sus ingresos, tendrán que hacer recortes incluso en los servicios más esenciales.
Si las cosas siguen su curso actual, Sr. Presidente, pronto estaremos frente a una gran catástrofe nacional. Y es su tarea – una que ningún otro presidente tuvo que hacer desde la Segunda Guerra – evitar esa catástrofe. Un momento, dirá usted. ¿Acaso otros presidentes no enfrentaron economías problemáticas también? Sí, lo hicieron, pero cuando se trató de política económica, sus predecesores no controlaban realmente la cosa. Durante la última mitad del siglo la Reserva Federal – una institución más o menos independiente, dirigida por tecnócratas diseñados a propósito para ser independientes de quien quiera que esté en la Casa Blanca – se ha estado encargando de la administración económica día tras día, e incluso año tras año. Sus colegas presidentes sólo acompañaban.
¿Se acuerda del boom económico de 1984, que permitió que Ronald Reagan use el slogan "Amaneció de nuevo en Estados Unidos"? Bueno, Reagan no tuvo absolutamente nada que ver con ese boom. Fue, en cambio, obra de Paul Volcker, que había sido nombrado por Jimmy Carter como director de la Federal Reserve Board en 1979 (y que ahora es el jefe de su panel de asesores en economía) Primero Volcker le quebró la espalda a la inflación, con el costo de una recesión que probablemente haya condenado a muerte las chances de reelección de Carter en 1980. Luego Volcker diseñó una recuperación económica. En efecto, Reagan se puso el uniforme y simuló ser el gran piloto de la economía, pero Volcker fue el tipo que realmente piloteó el avión y lo aterrizó a salvo.
Usted, en cambio, tiene que levantar este avión va en picada solo, porque la Fed ha perdido su poder. Compare la situación de ahora con la que había en los ochenta, cuando Volcker dio vuelta la economía. En ese momento, a la Fed le bastaba con emitir un montón de dólares (Ok, de hecho acreditó el dinero a las cuentas de los bancos privados, pero el resultado final es el mismo) y luego usar esos dólares para comprar deuda del gobierno de Estados Unidos. Esto bajó las tasas de interés: cuando Volcker decidió que la economía necesitaba una ayuda para levantarse, rápidamente fue capaz de llevar la tasa de interés de los papeles del Tesoro del 13 al 8 por ciento. Tasas de interés más bajas de la deuda oficial, a su vez, rápidamente hicieron bajar las tasas de las hipotecas y los préstamos comerciales. La gente comenzó a gastar de nuevo, y en unos meses la economía había pasado de la depresión al boom. Los economistas llaman a este proceso –de la decisión de la Fed de emitir más dinero a la consecuente suba del consumo, el empleo y los ingresos – el "mecanismo de transmisión monetaria". Y en los ochenta ese mecanismo funcionó bien.
Esta vez, sin embargo, el mecanismo de transmisión está quebrado.
En primer lugar, aunque la Fed todavía puede emitir dinero, no puede bajar las tasas de interés. ¿Por qué? Porque esas tasas de interés ya son tan bajas como es posible. Mientras escribo esta carta, la tasa de interés en bonos del Tesoro es 0,005 por ciento – o sea, cero. Y las tasas no se pueden bajar más que eso.
Ahora, usted puede pensar que tasas de interés en cero llevarían a una orgía del crédito. Pero aunque el gobierno de los Estados Unidos puede prestar dinero gratis, el resto de nosotros no puede. El miedo domina los mercados financieros, por lo cual desde hace más de un año y medio, a medida que las tasas de interés sobre la deuda pública se han precipitado, las tasas de interés que el común de la gente tiene que pagar en su mayoría han subido. En particular, muchas empresas están pagando tasas de interés mucho más altas ahora que hace un año y medio, cuando la Fed no había empezado con los recortes. Y tienen suerte, si se los compara con las muchas empresas que no pueden obtener nada de crédito.
Además, incluso si más gente pudiera pedir prestado, ¿realmente querrían gastar? Hay una sobreabundancia de casas sin vender en el mercado, así que hay muy poco incentivo para construir más casas, sin importar cuán bajas estén las tasas de interés hipotecarias. Lo mismo pasa con la inversión comercial: con los edificios de oficinas vacíos, los shoppings rogando por inquilinos y las fábricas paradas, ¿quién va a querer gastar dinero en productividad? Y con los trabajadores preocupados por mantener sus puestos de trabajo, la gente que está tratando de ahorrar unos dólares podrá ir en malón a los comercios que ofrecen grandes descuentos, pero no muchos van a querer comprar grandes productos, como los autos, que son los que normalmente alimentan una recuperación económica.
Entonces, decía, la Fed ha perdido su poder. Ben Bernanke y sus colegas están probando todo lo que se les ocurre para descongelar los mercados de crédito – la ensalada de nuevas "instituciones prestamistas" con siglas que nadie puede recordar crece minuto a minuto. Hay un chiste que dice que en cualquier momento, todos tendrán una tarjeta Visa con el logo de la Fed. Pero en el mejor de los casos, toda esta actividad sólo servirá para limitar el daño. No hay ningún pronóstico realista de que la Fed pueda sacar a la economía de la caída que atraviesa.
Así que depende de usted.

RESCATANDO A LA ECONOMÍA

El último presidente que tuvo que enfrentar un lío semejante fue Franklin Delano Roosevelt, y usted puede aprender mucho de su ejemplo. Esto no significa, sin embargo, que usted deba hacer todo lo que hizo FDR. Por el contrario, usted debe intentar emular sus éxitos, pero evitar repetir sus errores.
Acerca de esos éxitos: La forma en la que FDR lidió con el desastre financiero de su época ofrece un muy buen modelo. Entonces, como ahora, el gobierno tuvo que usar el dinero de los impuestos para rescatar al sistema financiero. En particular, la Reconstruction Finance Corporation tuvo en principio un rol similar a la Troubled Assets Relief Program de la administración Bush (el programa de $700 billones que todos conocen) De la misma forma que el TARP, la RFC engordó el efectivo de los bancos en problemas usando fondos públicos para comprar y subir las acciones de esos bancos.
Había, sin embargo, una gran diferencia entre la forma en que FDR manejó el rescate financiero subsidiado con recaudación impositiva, y la que llevó a cabo la administración Bush: a saber, que a FDR no le dio vergüenza pedir que el dinero de la gente sea usado para servir al bien común. Para 1935, el gobierno de EE.UU. era dueño de cerca de un tercio del sistema bancario, y la administración Roosevelt utilizó esa porción de propiedad para insistir con que los bancos ayuden de hecho a la economía, presionándolos para que presten el dinero que Washington les estaba dando. Más aún, el New Deal se lanzó a prestar un montón de dinero – directamente a empresas y gente que quería comprar su casa, y a gente que ya era propietaria, ayudándolos a reestructurar sus hipotecas para que puedan quedarse con sus casas.
¿Puede usted hacer algo como eso hoy? Sí, puede. La administración Bush podrá haber se negado a poner condiciones para la ayuda a las compañías financieras, pero usted puede cambiar eso. Si los bancos necesitan fondos federales para sobrevivir, provéaselos, pero demande que los bancos hagan su parte prestando esos fondos al resto de la economía. Otorgue más ayuda a los propietarios. Utilice a la Asociación Federal Nacional Hipotecaria y a la Corporación Federal de Préstamos Hipotecarios - las agencias de préstamos inmobiliarios- para transmitir los bajos costos de los préstamos oficiales a propietarios calificados (las dos agencias fueron incautadas por reguladores federales en Septiembre, pero extrañamente la administración Bush ha mantenido sus costos de préstamo altos, negándose a declarar que sus bonos están respaldados por la pura fe y el crédito de los contribuyentes)
Los conservadores van a acusarlo de nacionalizar el sistema financiero, y algunos lo llamarán marxista (a mí me pasa todo el tiempo) Y la verdad es que usted estará, de alguna manera, llevando a cabo una nacionalización temporaria. Pero eso está bien: en términos generales, no queremos que el gobierno maneje a las instituciones financieras, pero por ahora necesitamos hacer lo que sea para logar que el crédito vuelva a fluir.
Todo esto va a contribuir – pero no lo suficiente. Sin duda usted deberá tratar de solucionar el problema de los bancos y otras instituciones financieras. Pero para sacar a la economía de su caída, debe ir más allá de canalizar dinero a los bancos y otras instituciones financieras. Debe darle un impulso a la economía real del trabajo y los ingresos. En otras palabras, tiene que arreglar bien el tema creación de empleo – cosa que FDR nunca hizo.
Esto puede sonar raro. Después de todo, lo que se recuerda de los años treinta es la Works Progress Administration, que en su punto más alto dio empleo a millones de estadounidenses construyendo caminos, escuelas y represas. Pero los programas de creación de empleo del New Deal, si bien contribuyeron de verdad, no fueron lo suficientemente grandes ni sostenidos como para terminar con la Gran Depresión. Cuando la economía está en profunda depresión, uno tiene que dejar de lado las habituales preocupaciones acerca de déficits presupuestarios; FDR nunca logró hacerlo. Como resultado, fue demasiado precavido: el impulso que le dio a la economía entre 1933 y 1936 fue suficiente como para bajar el desempleo, pero no a los niveles pre-Depresión. Y en 1937 dejó que los guerreros del déficit lo afecten: aunque la economía todavía estaba débil, dejó que lo convenzan de recortar el gasto al mismo tiempo que subía los impuestos. Esto llevó a una severa recesión que deshizo mucho del progreso que la economía había logrado hasta ese punto. Tuvo que venir el enorme proyecto público conocido como Segunda Guerra Mundial – un proyecto que silenció al fin a los tacaños – para que la Depresión llegue a su fin.
La lección del limitado éxito de FDR en el frente del trabajo, entonces, es que usted tiene que ser verdaderamente audaz en sus planes de creación de empleo. Básicamente, las empresas y los consumidores están recortando muchísimo sus gastos, dejando a la economía con un enorme déficit de demanda, que llevará a una enorme caída del empleo – a menos que usted lo frene. Para frenarlo, sin embargo, debe gastar lo suficiente como para llenar el agujero que dejó la reducción del sector privado.
¿De cuánto gasto estamos hablando? Quizás sea mejor que se siente antes de seguir leyendo. Ok, aquí va: "Pleno empleo" significa una tasa de desempleo del cinco por ciento como mucho, y probablemente menos. Mientras, hoy estamos en una trayectoria que empujará la tasa de desempleo al nueve por ciento o más. Incluso los estimados más optimistas sugieren que se necesitan al menos $200 billones al año de gasto público para bajar la tasa de desempleo en un punto porcentual. Haga la suma: usted probablemente tiene que gastar $800 billones al año para lograr una recuperación económica total. Menos de 500 billones por año será demasiado poco como para generar un cambio económico.
Un gasto a esa escala, en tiempos en que la economía, debilitada, está haciendo bajar la recaudación impositiva, producirá unas cifras de déficit realmente atemorizantes. Pero las consecuencias de ser demasiado cuidadoso - o de no hacer lo suficiente como para frenar la caída en picada de la economía – serán aún más terroríficas que el océano de tinta roja que se viene.
De hecho, el problema más grande con el que se va a enfrentar al intentar rescatar a la economía será el de encontrar suficientes programas laborales que puedan empezar rápidamente. Los tradicionales programas del estilo WPA – gastar en rutas, edificios públicos, puertos, y otras infraestructuras – son una herramienta muy efectiva para crear empleo. Pero Estados Unidos tiene probablemente algo menos de $150 billones en proyectos del estilo, que están listos para hundir la pala ahora mismo, que pueden comenzarse en seis meses o menos. Así que va a tener que ser creativo: deberá encontrar muchas otras formas de meter fondos en la economía.
Debería gastar todo lo que sea posible en cosas de valor a largo plazo, cosas que – como las rutas y los puentes – hará que éste sea un país más rico. Aumentar la infraestructura detrás de Internet, mejorar la red eléctrica, mejorar la tecnología informática en el sector de la salud, una parte crucial de cualquier reforma del sistema de cobertura médica. Suministre ayuda a los gobiernos provinciales y municipales, para prevenir que recorten gastos de inversión en el momento menos propicio. Y, cuando haga esto recuerde que todo ese gasto cumple una función doble: sirve para el futuro, pero también ayuda en el presente, dando trabajo e ingresos para compensar el desplome.
También puede hacer lo correcto haciendo un bien. Los estadounidenses que fueron más golpeados por la caída – los desocupados crónicos, las familias sin seguro médico – también son los estadounidenses que más probablemente gasten cualquier ayuda que reciban, y de esa manera ayudan a sostener la economía como un todo. Así que la ayuda a los necesitados – un mayor seguro de desempleo, vales de comida, susidios para seguros médicos – es al mismo tiempo algo justo y una parte deseada de su plan económico en el corto plazo.
Sin embargo, aún si hace esto no será suficiente para compensar la increíble caída del gasto privado. Así que sí, también tiene sentido recortar los impuestos temporalmente. Los recortes impositivos deberían ir principalmente a los estadounidenses de ingresos bajos y medios; una vez más, porque es lo más justo y porque es más probable que ellos - en vez de los mejor acomodados – gasten la ayuda que reciban. Las exenciones impositivas para familias trabajadoras que usted expuso en su plan de campaña parece un instrumento razonable.
Pero seamos claros: los recortes impositivos no son la mejor herramienta para luchar contra la recesión económica. En primer lugar, rinden menos que el gasto en infraestructura, porque no hay ninguna garantía de que los consumidores vayan a gastar sus recortes o reembolsos impositivos. Como resultado, probablemente se requieran recortes por más de $300 billones, comparados con los $200 billones en obras públicas, para bajar un punto la tasa de desempleo. Más aún, a la larga va a necesitar más recaudación impositiva, y no menos, para pagar la reforma del sistema de salud. Entonces, los recortes impositivos no deberían ser el núcleo de su programa de recuperación económica. Deberían, en cambio, ser una forma de agrandar su programa de creación de empleo, que de otra manera no será lo suficientemente grande.
Mi sincera opinión es que incluso con todo esto, usted no podrá evitar que 2009 sea un año muy malo. Si logra que la tasa de desempleo no pase del ocho por ciento, voy a considerar eso un gran éxito. Pero para 2010 usted debería ser capaz de poner a la economía en camino a la recuperación. ¿Cómo debería prepararse para esa recuperación?

MÁS ALLÁ DE LA CRISIS

El manejo de la crisis es algo importante, pero Estados Unidos necesita mucho más que eso. FDR reconstruyó Estados Unidos no sólo haciendo que atravesemos a salvo la depresión y la guerra, sino también convirtiéndonos en una sociedad más justa y segura. Por un lado, creó programas de seguro social, en especial el Seguro de Desempleo, que ha protegido a los trabajadores estadounidenses hasta el día de hoy. Por otro, supervisó la creación de una economía mucho más igualitaria, creando una sociedad de clase media que duró décadas, hasta que las políticas económicas conservadoras trajeron la nueva era de la desigualdad que reina hoy. Usted tiene una oportunidad de emular los logros de FDR, y el juicio final sobre su presidencia descansará sobre si usted aprovecha o no esa oportunidad.
El legado más importante que puede dejarle al país será darnos, finalmente, aquello que todas las naciones desarrolladas del mundo ya tienen: atención médica garantizada para todos sus ciudadanos. La crisis actual nos ha dado una lección acerca de la necesidad de una cobertura médica universal de dos maneras. Ha subrayado la vulnerabilidad de los estadounidenses cuyo seguro médico está atado a trabajos que pueden desaparecer fácilmente. Y ha dejado claro que nuestro sistema actual es además un mal negocio – las Tres Grandes automotrices no estarían en semejantes problemas si no hubieran intentado pagar los gastos médicos de sus antiguos empleados además de los de sus actuales trabajadores. Usted tiene el mandato de cambiar las cosas; la crisis económica ha demostrado que el sistema necesita ser cambiado. Y ahora es el momento de aprobar las leyes que establezcan un sistema que de cobertura a todos.
¿Cómo debería ser este sistema? Algunos progresistas insisten en que debemos ir inmediatamente hacia un sistema de pago individual (Medicare para todos) Si bien ésta sería la manera más justa y eficiente de asegurarse que todos los estadounidenses obtengan el sistema de atención médica que necesitan, seamos francos: es probable que el pago individual no sea factible políticamente ahora mismo, simplemente porque representaría un cambio demasiado grande. Al menos al principio, los estadounidenses que tienen un buen seguro médico privado serán reticentes a cambiar ese seguro por un programa público, aunque ese programa al final demuestre ser mejor.
Entonces lo que hay que hacer en su primer año es aprobar un plan de compromiso – uno que establezca, por primera vez, el principio del acceso universal a la atención médica. Sus propuestas de campaña proveen el esquema. Deje que la gente mantenga su seguro privado si así lo desea, subsidie el seguro para familias de bajos ingresos, exija que todos los niños estén cubiertos, y dé a todos la opción de pasarse a un sistema público – uno que probablemente termine siendo más barato y mejor que el seguro privado. Apruebe leyes haciendo todo esto, y tendremos cobertura médica universal funcionando para fines de su primer mandato. Y eso será un logro que – al igual que la creación del Seguro de Desempleo por FDR – cambiará Estados Unidos para mejor de manera permanente.
Todo esto va a costar dinero, en su mayoría para pagar esos subsidios para seguros, y alguna gente le dirá que el país no puede pagar una gran reforma del sistema de salud dados los costos del programa de recuperación económica. Hablemos de por qué debería usted ignorar a los que dicen no.
Primero, pongamos en perspectiva los costos del programa de recuperación económica. Es posible que resucitar la economía pueda costar trillones de dólares a lo largo de su primer mandato. Pero la administración Bush desperdició como mínimo la mitad de eso en una guerra innecesaria y recortes impositivos para los más ricos; el plan de recuperación será intenso pero temporario, y no significará una carga muy grande sobre los futuros presupuestos. Piénselo de esta manera: con la deuda federal de largo plazo pagando la menor tasa de interés en cincuenta años, los costos en intereses de un trillón de dólares de deuda nueva sumarán apenas $30 billones anuales, cerca del 1,2 por ciento del actual presupuesto federal.
Segundo, hay buenas razones para creer que la reforma del sistema de salud en el largo plazo será un ahorro de dinero. Nuestro sistema no sólo está lleno de agujeros en cuanto a cobertura, también es muy ineficiente y con enormes costos burocráticos, como los inmensos recursos que las compañías de seguros emplean en asegurarse de no dar cobertura a las personas que más necesitan atención médica. Y bajo un sistema universal será mucho más fácil utilizar sabiamente nuestros dólares del sistema de salud, gastar dinero sólo en procedimientos médicos que funcionen y no en los que no lo hacen. Dado que el alza de los costos en atención médica es la fuente de las sombrías proyecciones a largo plazo para el presupuesto federal, la verdad es que no podemos dejar de avanzar hacia la reforma del sistema de salud.
Y no ignoremos los efectos políticos en el largo plazo. Allá por 1993, cuando los Clinton intentaron y fracasaron en crear un sistema universal de salud, estrategas republicanos como William Kristol (hoy colega mío en el New York Times) pidió a su partido que se oponga políticamente a cualquier reforma; ellos argumentaron que un exitoso programa de cobertura médica – que enviaría el mensaje de que el gobierno puede efectivamente servir al bien común – esencialmente cambiaría el rumbo de la política estadounidense hacia una dirección progresista. Tenían razón – y las mismas consideraciones que llevaron a los conservadores a oponerse tanto a la reforma sanitaria deberían ser las que lo hagan a usted decidirse firmemente a hacerla realidad.
La atención médica universal, entonces, debería ser su prioridad numero uno luego de rescatar a la economía. Proveer cobertura para todos los estadounidenses puede ser para su administración lo que el Seguro de Desempleo fue para el New Deal. Pero el New Deal logró otra cosa: convirtió a Estados Unidos en una sociedad de clase media. Bajo FDR, Estados Unidos atravesó lo que los historiadores del trabajo llaman la Gran Compresión, un aumento dramático de los sueldos de los trabajadores comunes que redujo muchísimo la desigualdad de ingresos. Antes de la Gran Compresión, Estados Unidos era una sociedad de ricos y pobres; después fue una sociedad en la que mucha gente, con justicia, se consideró a sí misma como clase media. Puede ser difícil igualar ese logro hoy en día, pero usted puede, al menos, orientar al país en la dirección adecuada.
¿Qué causó la Gran Compresión? Es una historia complicada, pero un factor importante fue el surgimiento de la organización sindical: la cantidad de trabajadores sindicalizados se triplicó entre 1935 y 1945. Los sindicatos no sólo negociaron mejores sueldos para sus miembros, también aumentaron el poder de negociación de los trabajadores a lo largo de la economía. En ese momento, los conservadores advirtieron que los aumentos de sueldo tendrían desastrosas consecuencias económicas – que el surgimiento de los sindicatos paralizaría el empleo y el crecimiento económico. Pero de hecho, la Gran Compresión fue seguida por el gran boom de posguerra, que duplicó los estándares de vida de Estados Unidos en el curso de una generación.
Desafortunadamente, la Gran Compresión se revirtió a principios de los 70, a medida que los trabajadores estadounidenses perdieron gran parte de su poder de negociación. Esta pérdida se debió en parte a cambios en la economía mundial, cuando las compañías manufactureras estadounidenses empezaron a enfrentar una mayor competencia internacional. Pero también tuvo mucho que ver con la política, ya que la administración Reagan primero, y la de Bush luego, hicieron todo lo posible para limitar la capacidad de organización de los trabajadores.
Usted puede comenzar a revertir ese proceso. Obviamente, no llegará ver a los sindicatos triplicando su número de afiliados en algún tiempo cercano. Pero puede hacer muchas cosas para fortalecer los derechos de los trabajadores. Una es empezar a poner los cimientos para que se apruebe la Employee Free Choice Act, que le haría mucho más difícil a los empleadores intimidar a los trabajadores que desean afiliarse a un sindicato. Sé que probablemente no sucederá en su primer año, pero si sucede, y cuando suceda, la legislación hará que Estados Unidos de un enorme paso adelante hacia recuperar la sociedad de clase media que hemos perdido.

VERDAD Y RECONCILIACIÓN

Hay muchos otros asuntos de los que deberá ocuparse, por supuesto. En particular, no mencioné ni una palabra acerca de la política ambiental, que es finalmente el tema más importante de todos. Y no lo hice porque sospecho que no será posible aprobar un plan integral para abordar el tema del cambio climático en su primer año. Sin dudas, incluya en el plan de recuperación inicial toda la inversión relacionada con el ambiente que pueda, como puede ser gastar en la mejora de la eficiencia energética. Pero supongo que 2009 no será el año para introducir medidas cap and trade (comercio de derechos de emisión) para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Si me equivoco, genial – pero no espero grandes movidas en política ambiental enseguida.
Tampoco dije nada acerca de la política exterior. Su equipo es muy conciente de la necesidad de aminorar la guerra en Irak – la cual, ya que estamos, cada año está costando casi tanto como lo que nos costarían los subsidios a los seguros necesarios para implementar la cobertura médica universal. Usted también es conciente de la necesidad de encontrar la solución menos mala para el desastre de Afganistán. Y no quiero ni pensar en Pakistán – pero usted sí debe hacerlo. Buena suerte.
Hay, sin embargo, un área en la que siento que no puedo ser disciplinado. Soy un economista, pero también soy ciudadano estadounidense – y como muchos ciudadanos, he pasado los últimos ocho años viendo horrorizado cómo la administración Bush traicionó los ideales de la nación. Y no creo que podamos dejar esos terribles años atrás a menos que hagamos un reconocimiento total de lo que pasó realmente.
Sé que la mayoría de la gente de Washington le está pidiendo que olvide el pasado, de la misma manera que le pidieron a Clinton que mantenga oculta la verdad sobre los escándalos de los años Reagan-Bush, en especial el asunto Irán-Contras. Pero sabemos cómo terminó eso. La misma gente que abusó del poder en nombre de la seguridad nacional hace 20 años volvió como parte del equipo que –bajo el segundo George Bush – lo hizo de nuevo, y en una escala mucho más grande. Fue una lección acerca de lo verdaderas que son las palabras de George Santayana: aquellos que no aprenden de su pasado están condenados a repetirlo.
Por eso esta vez necesitamos una explicación completa. No una casa de brujas, quizás ni siquiera procesamientos, pero algo como la Truth and Reconciliation Commission (Comisión por la Verdad y la Reconciliación) que ayudó a Sudáfrica a reconocer lo que sucedió durante el apartheid. Debemos saber cómo fue que Estados Unidos terminó peleando una guerra para destruir armas que no existían, cómo la tortura se convirtió en un instrumento de rutina de la política estadounidense, cómo el Departamento de Justicia se volvió un instrumento de persecución política, cómo la corrupción descarada floreció no sólo en Irak, pero a lo largo del Congreso y la administración. Sabemos que estos males no fueron, a pesar de lo que digan los apologistas, el resultado de errores sinceros o un par de manzanas podridas: la Casa Blanca generó un clima en el que el abuso se volvió habitual, y en muchos casos probablemente fue el instigador principal de estos abusos. Pero no alcanza con dejar a esta realidad en el ámbito de las cosas que "todo el mundo sabe", porque pronto serán negadas u olvidadas, y el ciclo de abuso volverá a empezar. Toda esta historia macabra debe ser sacada a la luz.
Probablemente sea mejor que el Congreso lidere la investigación de los años Bush, pero su administración puede hacer su parte, evitando usar su influencia para desalentar las investigaciones, y también poniendo fin al muro de silencio de la administración Bush. Permita que el Congreso tenga acceso a los registros y los testigos, y deje que la verdad sea dicha.
Dicho esto, el futuro es lo más importante. Este mes celebramos su llegada a la Casa Blanca; en tiempos de gran crisis nacional, usted trae consigo la esperanza de un futuro mejor. Ahora depende de usted cumplir con esa esperanza. Llevando a cabo un programa de recuperación aún más audaz y completo que el New Deal, usted puede no sólo dar vuelta la economía, puede poner a Estados Unidos en el camino hacia una mayor igualdad para las próximas generaciones.

Respetuosamente,

Paul Krugman